El feminismo como movimiento político se ha apoderado de los espacios públicos, de la agenda legislativa, ámbito judicial de los diferentes países. Sin embargo sus estrategias para “salvar” a las mujeres no han sido más que planes superficiales y políticas publicas fallidas, donde detrás está un interés ideológico y económico sumamente grande. En los lugares donde el aborto se ha despenalizado bajo ciertas causales, no han logrado la reducción de estos (claramente el asesinato del inocente debería ser detenido), la educación sexual que promueven estos grupos no es más que marketing comercial, no existe un plan de educación sexual verdaderamente integral. La industria del aborto es de los negocios altamente demandados en el mundo y el feminismo es un gran colaborador de este.

El feminismo se ha aprovechado del dolor de las mujeres, de sus casos de violencia, de su vulnerabilidad tanto psicológica, física, económica…para adherirlas a sus filas y hacer más fácil sus planes, esas mujeres que menciono son utilizadas como marketing para seguir promoviendo la agenda global.

Actualmente existimos muchas mujeres que estamos totalmente en contra de las acciones, narrativa que el feminismo promueve, porque estos atentan contra la vida humana, la familia, la feminidad, etc. Y al no coincidir con estos planes somos canceladas, atacadas, acosadas por multitudes de mujeres que nos dicen que “gracias a ellas” podemos opinar. El feminismo no ha hecho otra cosa más que usar como engrane de la maquinaria de sus planes a la mujer en varios momentos históricos. Nuestro deber como mujeres es seguir contra corriente, difundiendo las mentiras de este movimiento, prepáranos y seguir educando a las nuevas generaciones, para que no sean engañadas y envueltas en un movimiento que destruye a la mujer en muchos aspectos, ejemplo claro de esto es la ex líder feminista Sara Winter la cual cuenta su historia dentro del feminismo.

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