A los empleados de Sears ¡Ánimo!


Trasciende en los medios que una de las mega tiendas que fue punta de lanza en las ventas por catálogo se acoge hoy a al Capítulo 11 de la Bancarrota Federal. Informes oficiales detallan la millonaria deuda de Sears. Luego de varios intentos desde el 2005, de hacer un resurgir de la compañía con diversas estrategias, hoy están ante el panorama “más temido de todo empresario”, la bancarrota.
En lo primero que se piensa es en los jefes de familia, algunos, el único sustento económico de sus casas. Si nos ponemos en su posición, que muchas preguntas nos estuviéramos haciendo. Y no dudo que ese sea su panorama actual. Inevitablemente se le hace a uno un nudo en la garganta, más si has pasado por ahí. Definitivamente, un trago amargo que nadie quiere tomar.
Pero permíteme recordarte algo. Y lejos de querer sonar “romántica” o “idealista”, quiero compartirte mi esperanza. Porque no es esperanza hasta que se pasa por ahí. No hablo porque lo vi de otros, sino porque pasé por ahí. Un día de buenas a primeras, el trabajo que había sido mi “estabilidad” financiera se había ido. Recuerdo como hoy la fecha, 7 de octubre de 2014.
Luego de llorar, como es natural, dije “bueno Dios, si esto me has permitido vivir, te creo a ti”. Y es que nuestra dependencia a Dios no debe ser por momentos, más cuando son difíciles, si no un estado natural de nuestra vida. Esa es mi gran lección. Nuestro oído debe estar eternamente inclinado a lo que Dios dice. Su palabra que es eterna, que no cambia y tiene el poder para hacer donde no hay, es lo que te debe sostener en este tramo que te tocó.
Pregúntale: ¿Dios que deseas mostrarme? ¿Qué deseas que aprenda? ¿Dame tu consejo para continuar con lo próximo? Él va a responder, porque eres su hijo(a). Si nosotros siendo “malos”, en nuestra imperfección sabemos dar cosas buenas a nuestros hijos, cuánto más el Padre celestial dará el Espíritu Santo, el consolador, el que nos guía a toda verdad, a quienes se los pidan.
No tan sólo que creas a su provisión, si no que te posiciones como hijo a escuchar la instrucción de Dios para ti en este tiempo. Su Espíritu Santo te guiará, te confortará, te dará nuevas fuerzas y te mostrará.
Nadie avanza si se mantiene caído o detenido en la vereda. A no ser que sea ello lo que Dios quiere: quietud. Pero si sientes el deseo de avanzar, avanza, aunque no lo veas en lo natural. Y escucha la voz de tu Padre a lo próximo que tiene para ti. Suelta lo viejo, y dirígete a lo nuevo.
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¡Ánimo y adelante en él!
