Conservadores reclaman respeto al gobernador y exigen renuncia del secretario de Justicia


Como es de conocimiento público, durante estas últimas semanas la mayoría silente de Puerto Rico, los creyentes cristianos y los sectores conservadores de nuestro país, de todas las tendencias políticas, hemos reclamado la salida inmediata del secretario de Justicia debido a que sus expresiones públicas, vertidas durante unas vistas legislativas, manifestaron inequívocamente su ánimo prevenido y prejuicios enraizados contra los sectores creyentes de nuestro país que laceran la confianza que se debe tener en el Departamento de Justicia ya que la primera enmienda de la Constitución de los Estados Unidos sobre la libertad religiosa exige neutralidad de quien tiene que investigar, adjudicar, procesar y “meter” preso a los ciudadanos.
¿Qué confianza podemos tener que ese secretario de Justicia no nos “fabrique” casos por lo que nosotros pensamos, proponemos y transmitimos como valores a nuestros hijos, máxime cuando ese funcionario público ha llamado a nuestras ideas y propuestas sociales: desequilibradas, ridículas e integristas, erróneas, y que son un peligro para los sectores vulnerables de nuestra sociedad?
Preguntamos a nuestro pueblo puertorriqueño, ¿tenemos que esperar, para que reaccionemos como país, a que los creyentes cristianos y los conservadores se nos meta presos, se nos quite la custodia de nuestros hijos, se nos cierren nuestros negocios y colegios educativos fundamentando esa persecución en los prejuicios e ideas desequilibradas que el secretario de Justicia tiene sobre nuestros valores que proponemos como bien común? Ese tipo de persecución ya se está dando en algunos estados de los Estados Unidos teniendo como fundamento, repetimos, las mismas ideas hechas públicas por el Secretarito de Justicia de Puerto Rico contra el sector creyente y conservador de nuestro país.
Lamentablemente el Gobernador de Puerto Rico ha querido minimizar el asunto, manifestando solamente, que su administración se separa de las expresiones del secretario de Justicia; todo ello a pesar de las peticiones de distintos sectores del país que en una manifestación multitudinaria le expresaron la necesidad de la salida del secretario de Justicia.
Sin duda, la actitud del Gobernador de Puerto Rico manifiesta, elocuentemente, las inconsistencias de la clase política del país, ya que estamos seguros de que si el secretario de Justicia hubiera hecho expresiones igualmente denigratorias contra la “estadidad federal” o los sectores lgbttq+ hubiera sido destituido sin dilación alguna.
Por otro lado, algunos medios de comunicación o políticos del país han querido politizar ese asunto tan grave para la democracia puertorriqueña. Incluso acusan que la manifestación fue convocada por un partido político, nada es más falso, fue convocada por lideres religiosos y organizaciones provida y familia que hablaron públicamente, y por supuesto entre los cientos de personas que se manifestaron hubo presencia de políticos: tanto del PNP como del PPD y de Proyecto Dignidad.
El día de la manifestación hubiésemos querido hablar frente a frente con el Gobernador de Puerto Rico para poder dialogar, presentarle nuestras inquietudes, buscar consenso, escuchar sus planteamientos, lamentablemente el Gobernador se conformó con enviar cuatro funcionarios públicos, cuya única función era recoger nuestras expresiones y comunicarlas al gobernante.
Le manifestamos a esos funcionarios que deseamos hablar personalmente con quien gobierna a nuestra Isla; pero el Gobernador, unos días más tarde, respondió a nuestros requerimientos, afirmando a la prensa del país, que el secretario de Justicia se quedaba en su puesto. ¡!Que lástima!! Lo mínimo que uno pide en un gobernante es que tenga capacidad de escuchar con neutralidad dialogante a sus ciudadanos en sus quejas y agravios.
Por eso, amado pueblo puertorriqueño, en este asunto tan grave se está jugando la democracia de nuestro país. Y la razón es simple, la democracia exige, por mandato constitucional, que la diversidad religiosa sea respetada, integrada y pueda contribuir al bienestar de nuestro país; es, por lo tanto, indignante, democráticamente hablando, que mientras el secretario de Justicia promueve otras diversidades en sus ideas y sus derechos nos niega a nosotros los nuestros. Ojalá que este Gobierno no quiera promover lo que alguien ha llamado “one way diversity” donde la mayoría silente de nuestro país, los creyentes y conservadores, se les niegue el derecho a existir.
Reclamando el respeto a nuestros derechos fundamentales como creyentes,
Coalición de Conservadores

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