¿Cuándo me puse viejo?


¿Por qué llega el momento en el que todos te lo restriegan en la cara?
Corrí desesperadamente al espejo del baño, a ver qué es lo que todos ven que yo no veo. Abrí mis ojos bien grandes y miré fijamente cada espacio de mi rostro, lo que descubrí me dejó sin aliento. Encontré 24 canas en el lado derecho de mi barba, 36 al lado izquierdo y 14 en el bigote. Rápidamente pensé, “Problema resuelto, me afeito la barba y ya…” Recuperé mi ánimo y decidí ir a la cancha a jugar un poco de baloncesto. Todo marchaba bien, me sentía fenomenal, hasta que llegó el momento de escoger los jugadores y uno de ellos dice: “Yo quiero a George” El otro: “Y yo a Julito”. Así siguieron , como si yo no existiera, ni me miraban. Llegó el momento de escoger al último jugador, ¿y qué creen? ¡NO ME ESCOGIERON! ¿Por qué, por qué, por qué? Eso me preguntaba. Luego ocurrió algo inesperado, uno de los jugadores no se sentía bien y tuvo que salir. Entonces llegó mi momento de gloria, se escuchó una voz muy fuerte que retumbó en toda la cancha, diciendo: “Pues que entre a jugar el Doncito”. ¿Cómo ehhhh? Esta fue la gota que colmó la copa. Pues para que vean que aún soy joven, me enchisme y me fui para casa. Ah, y se quedaron sin jugar, porque la bola era mía.¡Qué difícil se nos hace reconocer y aceptar las diferentes etapas de nuestra vida! Creo que si identificamos en qué etapa de vida estamos podremos evitar muchas frustraciones y problemas. Te invito a que hagas un análisis de tu vida, quién eres, donde estás y por qué. Te invito a que te sumerjas en la palabra de Dios y encuentres qué piensa Él de ti.
“Hay un tiempo para todo”. Eclesiastés 3

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