¿El matrimonio a mi manera o a la manera de Dios?

Efesios 4:12-15…a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, 13 hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; 14 para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, 15 sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo,

Perfeccionar es la palabra “Katartismos” es preparar, entrenar, calificar, es la colocación de un hueso durante una cirugía. Jesús como nuestro médico está haciendo los ajustes necesarios para su iglesia (su novia) su matrimonio no quede descoyuntada.

A veces podemos pensar que este texto se limita al ministerio dentro de la iglesia pero ignoramos el hecho de que nuestro primer ministerio es nuestro matrimonio y si no podemos ser perfeccionados como pareja menos lo vamos a ser dentro de la iglesia (el cuerpo de Cristo).

Edificarnos unos a otros entendiendo que somos el cuerpo de Cristo es un proceso de madurez dentro de la vida matrimonial y debe ser nuestra meta alcanzar la medida de la estatura de la plenitud “pleroma” de Cristo, la palabra pleroma es la totalidad de la llanura de Dios en Cristo

Colosenses 1:18-1919 por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud, 20 y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.

Cuando habita la plenitud de Dios en nosotros, Dios reconcilia todas las cosas (las vuelve a unir) produciendo paz entre ambos como familia biológica al igual como la familia de la fe que es la iglesia. Pero no puede existir iglesia si no hay matrimonios y familias que la componen. Por esta razón el primer ataque de Satanás hacia la raza humana no fue hacia la iglesia, ella no existía, sino a la primera pareja creada por Dios, Adán y Eva (Génesis 3)

Volvamos a Efesios:

Versículo 14Para que ya no seamos niños que fluctuamos que llevados por cualquier enseñanza o cualquier cosa que se dice, en otras palabras no seamos inmaduros sino conozcamos y vivamos la palabra.

Uno de los mayores problemas que existen en el matrimonio es la inmadurez.

1. La infantilidad masculina (El síndrome de Peter Pan) es el serio problema de hombres que se niegan a crecer donde no asumen responsabilidad, ni compromiso con la mujer que un día prometió amar, y aún cuando es confrontado no reconoce que es un problema para evitar la confrontación se sumerge en juegos de vídeo, carros deportivos o su equipo deportivo favorito en casos más graves puede volcarse al alcohol con aquellos que llama sus amigos quiénes ya han creado un club de amigos frustrados por las constantes peleas de sus esposas. Utilizan la vía de escape porque mami no era así aquí se inicia la comparación injusta. Tu esposa no es tu madre. 
2. La mujer wendy– se observa en dos vertientes en la necesidad de satisfacer a su pareja, por miedo al rechazo, abandono, asumiendo el papel de mama. O cantaletea para ser escuchada y eso no funciona, podría sumergirse en una profunda depresión. 

La finalidad es que crezcamos en amor bajo la verdad de Cristo quien es nuestra cabeza.

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