LO QUE JESÚS BUSCA ES UN ESPACIO

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Se han preguntado alguna vez, ¿por qué guardamos tantas cosas que no utilizamos?. En muchas ocasiones compramos artículos solo por el hecho que se encuentran en especial o a buen precio, y las guardamos por años en el cuarto que muchos le llamamos el “cuarto del reguero” o del desorden.
Un cuadro muy parecido vivieron José y María cuando llego el día del alumbramiento de nuestro Señor Salvador Jesucristo. El evangelio de Lucas 2:6-7 lo describe así: “6 Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento. 7 Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón”. Según la tradición, el posadero (la persona a cargo de la posada) tenía que cumplir con dos cosas básicas, brindar forraje (heno o pasto) para los animales y fuego o leña para la comida. Sin embargo, el los envió al pesebre, donde se encontraban los animales porque no había lugar para ellos. ¿Puedes imaginar este cuadro? A Jesús, el Salvador del Mundo, al Mesías, al hijo de Dios encarnado, no hubo nadie que le pudiera hacer un espacio para nacer.
Esta escena es muy común hoy en día en medio de nuestra sociedad. Hemos llenado nuestra vida con tantas cosas que no son útiles, que ya no hay espacio para que la luz de Jesús, penetre en la habitación de nuestro corazón; donde solo existe una densa oscuridad. Nos hemos convertido en los oniomáticos de la vida, en esos compradores compulsivos del materialismo, la prepotencia y de la soledad que este mundo suele brindar. Cuántas veces Jesús ha venido a tocar la puerta de nuestro corazón, para dar a luz todo lo que solo Él puede brindarnos y le hemos dicho: No hay espacio. Te pregunto: ¿Qué cosas se encuentran hoy ocupando el espacio de Jesús en tu vida? Tristemente para la cultura Judía, el único lugar que le pudieron brindar a Jesús fue en la cruz. Pero tú, en esta navidad, dónde le brindarás el espacio, en la cruz o en tu corazón?
Por eso te invito a que declares conmigo a voz en cuello este hermoso cántico: “Ven a mí corazón oh Cristo, pues en él hay lugar para ti. Ven a mi corazón oh Cristo ven, pues en él hay lugar para ti”.
El día del alumbramiento, el día de dar a luz ha llegado, no permitas que nada efímero, sin sentido y carente de propósito provoque una oscuridad en tu vida. El posadero, estaba tan ocupado, que perdió la bendición de ver a Jesús nacer en casa. Te animo a que cuando escuches a Jesús tocar a la puerta de tu habitación, puedas abrirle, sentarte con él y hacer de Su presencia una morada permanente. Sé que tu vida será transformada y tu familia será bendecida. Recuerda: lo que Jesús busca es un espacio.
BUENAS NUEVAS es una publicación enfocada en presentar las buenas noticias en Puerto Rico, y el extranjero. Además de equipar al pueblo con su verdadera identidad eterna. Si desea compartirnos lo que harán en su comunidad o iglesia, tiene alguna petición etc. escríbanos a [email protected]. Le invitamos a que nos comparta sus comentarios.

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