No tengan miedo, lo que no te mata, te hace más fuerte


Lo que no te mata, te hace más fuerte
“Como vi que estaban preocupados, me levanté y les dije a los jefes, a los gobernadores y a todos los demás: «No tengan miedo. Recuerden que Dios es poderoso, y que ante él todos tiemblan. ¡Luchen por sus compatriotas, sus hijos, hijas, esposas y hogares!»” Nehemías 4:14 TLA
Este mensaje va para todos aquellos que se encuentran en medio de la tragedia y desconsuelo. Para aquellos que en este momento sienten que lo han perdido todo y no hayan como comenzar de nuevo. Quiero levantar mi voz en el desierto para proclamar lo que Nehemías gritó al pueblo de Israel en Jerusalén cuando está estaba en ruinas. Cuando los muros habían caído por el azote y el terror. Todos estaban desconcertados y tenían mil razones para estarlo. Lo habían perdido todo y aún los enemigos estaba sobre ellos. Sin embargo, Dios siempre envía a alguien para levantar las manos a los caídos, para proclamar el tiempo agradable y para reflexionar acerca del momento.
NO TENGAN MIEDO DICE EL SEÑOR
Levanten su rostro y comiencen a reedificar los muros. Todos, desde el menor hasta el mayor. Todos tomen sus herramientas para restaurar lo caído. Tomen a sus hijos y a sus esposas. Cobren ánimo hombres valientes. No teman al futuro ni a lo que ha sobrevenir.
YO SOY DIOS Y ESTARÉ CON USTEDES
Pero sean valientes y no desmayen. Vamos! Levanten su rostro y restauren los muros de una sociedad caída. Una sociedad que más que muros, necesitan valores y fe para seguir adelante. Necesitan vivir bajo principios eternos y no bajo emociones momentáneas. “Y esto también pasará”.
Ciertamente, lo que no te mata te hace más fuerte. Si hoy estás de pie y has sobrevivido a los huracanes, a los temblores y al de sastre. Seguramente eres mejor que ayer. Has descubierto fortaleza que nunca imaginaste que tenías. Despertaste al hombre o la mujer valiente que dormía en ti. La tragedia y el temor explotaron la fuerza que Dios ya había depositado en ti.
Como verás, no siempre los muros caídos representan fracaso. Esos muros caídos representan una nueva oportunidad de reconstruirlos con mayor sabiduría y con mayor fuerza. Una vez más. Levántate y pelea por los tuyos, por tus hermanos, por tus vecinos y por todos aquellos que lo necesitan. Si lo haces. Dios estará contigo y descubrirás que lo que no te mato te ha hecho más fuerte que antes.
Ánimo, que la reconstrucción recién comienza.

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