Padres e hijos desconectados: el mal de este tiempo

El hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición. (Elías)

Malaquias 4:6

La desconexión es un bloqueo o interrupción entre la persona y sus seres queridos. Desde el principio el ser humano ha tenido una desconexión con Dios y con ellos mismos debido al pecado que trajo muerte- separación. Hoy en día podemos observar familias modernas desconectadas por diversas razones. En esta ocasión deseamos mencionar algunas de esas razones por las cuales Padres e Hijos (as) viven desconectados entre sí y del propósito de Dios.

Existen 4 razones donde la desconexión entre Padres y Hijos (as) se da:

Desconexión emocional

Físicamente juntos pero emocionalmente ausentes. Los padres desconectados son callados, retraídos y aislados. En otros casos no saben conectarse emocionalmente por experiencias previas en su crianza donde no recibieron el amor de sus padres. Pero esta no es razón para divorciarse emocionalmente y negarle lo más importante en la identidad de un hijo; el amor y la seguridad.

Desconexión física (divorcio)

El problema del divorcio o la separación entre papa y mama es que terminan divorciándose de los hijos también. Es impresionante la cantidad de casos donde por culpa del divorcio los hijos pagan los platos rotos. Por esta razón debemos evitar a toda costa evadir nuestra responsabilidad como padres.

Desconexión vía tecnología

SHERRY TURKLE una sicóloga en el Massachusetts Institute of Technology (MIT), en EE.UU. Como experta en el uso de las nuevas tecnologías, estaba bosquejando un libro que analizaría cómo los adolescentes abusan de los teclados, cuando se topó con un inesperado matiz: los que más reclamaban por la hiperconectividad no eran los padres, sino los niños, que lamentaban la escasa atención que los adultos les estaban otorgando. Así cuajó Juntos pero solos (Alone together), describe la cada vez más recurrente desconexión entre padres e hijos, paradójicamente, por culpa de dispositivos como el iPhone o Android. Por otro lado, el psicólogo argentino Miguel Espeche dice que esta cultura hiperconectada genera una “aceleración neurótica”, por el vertiginoso ritmo de estar en línea. “Estar con la mente en un lugar virtual, mientras el cuerpo está en uno real que no se valora, implica una merma de la calidad de vida y un empobrecimiento emocional que puede generar patologías”, dice agregando que lo peor es que los niños pueden entrar en la misma vorágine, por su natural vocación de copiar a los adultos.

Desconexión espiritual

Cuando Dios no es el centro de la relación existe una desconexión espiritual que traerá como consecuencia desconexión en otras áreas. Es importante sembrar en el corazón de nuestros hijos la palabra de Dios para que germine y produzca fruto en la vida de las próximas generaciones. 

Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.

Juan 15:5

Es de suma importancia que como padres aprendamos a conectarnos con nuestros hijos y evitar las consecuencias a corto y largo plazo en la vida de aquellos que decimos amar. Hoy es un buen día para comenzar. Te invito primero a conectarte con Dios y con tu familia; tu mayor regalo.