Uno de los secretos para fortalecer mi historia


El personaje es el elemento básico de una historia. Uno de los problemas principales del porqué muchas historias son débiles es debido a que los personajes son débiles. Por lo tanto, si fortalecemos los personajes, fortalecemos la historia.
¿Cómo podemos fortalecer nuestros personajes? Una de las herramientas para fortalecer los personajes es el deseo.
El deseo
El deseo es uno de los elementos más importantes de cada personaje. El resultado de la ausencia de un deseo o de colocarle al personaje un deseo débil es que el personaje será débil.
Para establecer el deseo de cada uno de tus personajes, pregúntate, ¿Qué es lo que quiere alcanzar este personaje? Los personajes principales y secundarios deben desear algo a lo largo de toda la historia. Cuando hablo de desear algo, no me refiero a “tengo ganas de comerme un plato de arroz con habichuelas, pollo y amarillos”. A menos que el deseo de tu personaje por comerse específicamente ese suculento banquete borincano sea tan intenso como para empujarlo a enfrentarse a una serie de conflictos durante toda la historia, quizás debas seleccionar otro deseo. (Aunque en este momento, en mí se acaba de convertir en uno de los mejores deseos del universo entero).
Ok. Regresando a temas menos esquisitos, pero igualmente importantes: el deseo del personaje.
Pues tu personaje tiene que desear algo intensamente a lo largo de toda la historia. No solo eso, tu personaje debe tener un deseo en cada escena; y el deseo de cada escena debe estar conectado con el deseo de toda la historia.
Por ejemplo, digamos que el deseo de mi protagonista es ganarse el reconocimiento de ser el mejor guitarrista de su escuela. Ese es el deseo de toda la historia. Ahora, en la primera escena, mi personaje va a participar de una audición. Su deseo en esa escena es entrar a la banda principal de la escuela. Ese deseo está alineado con el deseo de toda la historia. Para recibir el reconocimiento de mejor guitarrista él tiene que formar parte de la banda. Así lo vamos manejando con cada escena.
Veamos tres características de un deseo fuerte. Entendiéndose que un deseo fuerte es aquel que logra efectivamente involucrarnos en el viaje del personaje mientras este trata de alcanzarlo.
El deseo tiene que ser claro
El deseo tiene que estar claro en la mente del personaje y en la de la audiencia. La audiencia tiene que ser capaz de entender el deseo y reconocer, a lo largo de toda la historia, cuan cerca o lejos está nuestro personaje de alcanzar su deseo. Si no puedes resumir el deseo de tu personaje en una sola oración sencilla, lo más probable aun no tengas claro el deseo de tu personaje.
Veamos el deseo de nuestro amigo guitarrista:
Él desea recibir el reconocimiento de ser el mejor guitarrista de su escuela.
Está claro. Hasta que él no reciba ese reconocimiento, que puede ser en forma de un trofeo, una beca, o algún otro elemento que lo ilustre, nuestro personaje no ha alcanzado su deseo.
El deseo tiene que ser específico
A diferencia de nosotros los seres humanos que deseamos muchas cosas en esta vida, cada uno de nuestros personajes desea una sola cosa. Y ese deseo tiene que ser específico. Por ejemplo, “Ser feliz” NO es un deseo fuerte para un personaje. “What? ¿Cómo va a ser?” Así como lo oyes my young padawan. “Ser feliz” es demasiado general. Lo que es felicidad para mí, no necesariamente es felicidad para ti. Hay miles de maneras en las que se puede manifestar la felicidad.
¿Cómo podemos hacer para que “Ser feliz” se convierta en un deseo fuerte? Sencillamente, tenemos que decidir ¿Qué representa la felicidad para nuestro personaje? ¿Cuál es ese elemento que específicamente representa la felicidad de nuestro personaje? Quizás es un trabajo específico, tener su propia familia, tener una casa específica, causar un impacto específico en la sociedad, sobrevivir, rescatar a otro personaje, y así podemos encontrar miles de elementos diferentes. Para tu personaje, escoge uno, solamente uno. Nuevamente, veamos el deseo de nuestro personaje:
Recibir el reconocimiento de ser el mejor guitarrista de su escuela.
Es específico. En la escuela que él asiste hay un reconocimiento que se le entrega al mejor guitarrista. Él quiere ganarse ese reconocimiento, específicamente ese reconocimiento.
El deseo tiene que ser tangible
La audiencia tiene que ser capaz de ver o escuchar el deseo o su representación. Esto se llama dramatizarlo. En otras palabras, tenemos que ilustrarlo. Tomando los ejemplos anteriores, “Ser Feliz” no es algo tangible. Es una emoción. Ahora, cuando yo digo que para mi personaje tener su propia casa representa “ser feliz”, o que él no va a ser feliz hasta que tenga su propia casa, estoy añadiendo un elemento tangible al deseo. Estoy dramatizando el concepto de felicidad desde el punto de vista de mi personaje.
Si la audiencia no puede ver o escuchar el deseo, no podrá ver dónde se encuentra el personaje con relación a su deseo. Y si no puede seguir el viaje del personaje con relación a su deseo, la audiencia dificilmente se mantendrá involucrada en la historia.
Recibir el reconocimiento de ser el mejor guitarrista de su escuela.
Este es un deseo tangible. Si por alguna razón, ese reconocimiento – recuerda que puede ser un trofeo, una beca, etc- le es entregado a otro personaje, automáticamente sabremos que nuestro personaje no alcanzó su deseo. Si, al contrario, al final de la historia vemos como le entregan el reconocimiento a nuestro protagonista, vamos a celebrar junto con él por haber alcanzado su deseo.
En las próximas semanas estaré compartiéndote otros elementos vitales para fortalecer tu historia. Mientras tanto, te invito a que evalúes tus personajes y sus deseos. Y si en definitiva, quieres que el arroz con habichuela, pollo y amarillo, sea su deseo, podría funcionar si la intensidad con la que lo desea es la suficiente para empujarlo a lo largo de toda la historia. Por mi parte, yo no me voy a quejar por ello, especialmente si un plato con ese deseo está frente a mí.

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