Comercialización del cannabis y su impacto en adolescentes y adultos


Hasta enero de 2020, 33 estados de la nación norteamericana han legalizado el cannabis para usos médicos, y 11 de estos han legalizado su uso recreacional. Desde que se legalizó el uso medicinal del cannabis en Puerto Rico, el aumento en su uso, tanto recreacional como medicinal han aumentado. No cabe duda que de aprobarse su uso recreacional en Puerto Rico, esto tendrán un esperado aumento en su uso por adolescentes. (Bathia et al, jaacp 2020)
Lo que es evidente es la cantidad de dispensarios que han abierto sus puertas alrededor de todo Puerto Rico. Esto ha provocado la comercialización del cannabis. Esta industria en los Estados Unidos genera aproximadamente 20 mil millones al año.
Lo que estamos observando en mi oficina médica es un aumento del uso de THC en la población de adolescentes, creando conflictos severos de dependencia, depresión, ansiedad, episodios psicóticos y cambio en conducta. Esto se debe a que el término cannabis medicinal no es un término científico sino una expresión legal e industrial para comercializar un producto. Esta comercialización permitida por la ley lleva un mensaje equivocado a los niños y adolescentes conduciendolos a pensar que la marihuana es inofensiva, una medicina o un medio de recreo. Las propagandas excesivas en “Billboards”, televisión y otros medios han contribuido a la normalización de dicha sustancia. En Estado Unidos entre 2007 y 2018 la percepción de daño asociado al uso de marihuana entre estudiantes de escuela superior disminuyó de 54.8% a 26.7% (NIDA;drugabuse.com)
Fuera de su comercialización, ¿qué debemos conocer sobre este producto? Cuáles son sus riesgos y beneficios y sobre todo sus indicaciones sostenidas por evidencia basada en medicina. Se espera que el estado vele por el mejor beneficio colectivo, sin embargo, si el estado flexibiliza su uso a nivel recreacional es responsabilidad de cada individuo conocer los pros y los contras de su uso.
Qué debemos saber sobre este producto:
- Marihuana es el término común con el que se conoce a la planta seca cannabis sativa.
- Contiene más de 525 componentes conocidos.
- Exposición al calor (> de 93®C) causa cambio químico y produce 4 tipos de sustancias adictivas (9THC, 8THC, CVN, THCV).
- La descarboxilación la convierte en una poli sustancia adictiva que contiene cerca de 110 Fito- cannabinoides y unos 150 terpenos.
- El tetrahidrocannabinol (THC) es una de las sustancias adictivas más conocidas, responsable de los efectos psicoactivos como palpitaciones, ojos rojos, euforia, pobre juicio, incoordinación, ansiedad y efectos alucinógenos.
El cannabidiol (CBD, que no es cannabis ni marihuana es un fito cannabinoide descarboxilado al cual se le han podido atribuir algunos efectos terapéuticos como analgésico, anticonvulsivo o antiemético. Para obtener el componente de CBD se somete la planta a un proceso científico estandarizado de calor y de purificación donde se extrae este componente, aislándolo del THC y otras sustancias toxicas.
Expertos en la materia y documentación científica han demostrado que la marihuana cruda-seca para ser fumada (o inhalada por evaporación), ya sea vendida en la calle o en un dispensario, no es medicina sino una poli-sustancia tóxica no solo por el contenido incierto de 4 variantes adictivas de THC, sino también por sustancias tóxicas producidas por la combustión. Por otro lado, la falta de estandarización para la producción de productos con CBD hace imposible conocer su pureza, las dosis precisas y cuan seguro es utilizarlo, limitando así su uso médico. Sin embargo, tenemos un producto aprobado por el FDA, cannabidiol (Epidiolex) es estandarizado y está indicado para unos casos específicos de epilepsia como el síndrome de Dravets. Este medicamento es prescrito por médicos especialistas y se puede educar al paciente de la dosis correcta de su uso por peso, y los posibles eventos adversos (como irritación hepática) y los laboratorios de seguimiento a realizarse.
Con el “Boom” de estas nuevas modalidades comercializadas, surge el El síndrome del Vapeo EVALI “E-cigarrate-vaping associated lung injury” ( ncbi.nlm.nih.gov- Zulfiqar et al 2022) asociado con daños a pulmón, causados por los cigarrillos electrónicos, el “vapeo” ( vaping) y la Hookah. Entre los ingredientes causantes estudiados se encuentra el Acetato de Vitamina E, el THC, Diacetilo, Aldehídos y metales, ingredientes presentes en muchos de los “cartridge”. El riesgo de esta condición puede causar hasta fallo múltiple de órgano llevando a la muerte.
Es evidente que existe mucho desconocimiento, incluyendo las interacciones que pueden tener estos productos con medicamentos prescritos por otros médicos, poniendo en riesgo la salud de los pacientes. Por ejemplo, el uso de antidepresivos como el Sertraline (Zoloft) y el Escitalopram (Lexapro) indicado para la depresión son alterados con el uso de THC y de CBD, aumentando sus concentraciones considerablemente en sangre. El mecanismo incluye la inhibición del cytocromo 2C19, 2C9, 1A2 y 3A entre otros, los cuales son importante para el metabolismo de algunos de estos antidepresivos.
Los adolescentes progresarán a ser adultos, por lo cual el impacto que tienen estas sustancias debe ser de gran preocupación ya que tendrá secuelas en la adultez. Estudios sistemáticos y meta análisis (Leadbeater et al 2018) han establecido el riesgo del uso de cannabis en la población adolescente. Sus efectos incluyen aumento en síntomas de depresión en edades hasta los 25 años, síntomas psicóticos hasta más de los 22 años de edad. El riesgo poblacional atribuible de desarrollar depresión por uso de cannabis ha sido estimado en 7.2%, lo que equivale en Estado Unidos a 413,326 casos de adolescentes. Los daños cognitivos en estudios a largo plazo incluyen problemas en memoria, dificultades en el razonamiento perceptual, memoria de trabajo e inhibición. El aumento en concentraciones de delta (9) tetrahidrocannabinol (THC) fue asociado con 5 veces mayor riesgo de deterioro en estas áreas mencionadas. (Wilson et al 2019)
Debemos educarnos con literatura basada en evidencia científica al momento de considerar el uso de esta sustancia. Con la legalización, y comercialización de la marihuana, su posible autorización recreacional en Puerto Rico y el aumento al acceso en adolescentes (legal y no legal) debe ser de preocupación pública, ya que sus efectos ponen en riesgo la salud mental de nuestra sociedad.

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