Dia Internacional de la Mujer ¿Cuál mujer?


Marzo es conocido como el mes de las mujeres y el 8 de marzo se celebra el Dia internacional de la Mujer. Sin embargo, tenemos todo un espectro y variantes que desvirtúan lo que realmente significa ser una mujer debido a la ideología de los géneros. Organizaciones y activistas de la diversidad sexual nos invaden con su propaganda diciendo a viva voz que las mujeres trans son mujeres. Esto nos lleva al análisis y merece el esfuerzo abordar esta afirmación propagandista porque nuestros hijos y nietos la están escuchando como un hecho. Pero ¿es verdad? ¿Cómo deberíamos responder a una afirmación que aparenta ser tan segura?
En primer lugar, debemos entender qué significa y qué no significa ser “trans” o “transgénero”.
Cuando alguien explica que es un hombre o una mujer transgénero, quiere decir que nació como hombre o mujer biológicos, pero en algún momento de su desarrollo psicológico comenzó a entenderse como miembro del otro sexo. Por lo tanto, una “mujer trans” es alguien que es un hombre biológico, pero se considera una mujer. Un “hombre trans” es una mujer biológica que siente firmemente que es un hombre. Incluso el Centro Nacional para la Igualdad Transgénero lo define así: “Las personas transgénero son personas cuya identidad de género es diferente del género que se cree que tenían al nacer”. Es decir, se entienden o creen que son lo opuesto a su biología.
La Asociación Estadounidense de Psiquiatría explica que “transgénero es un término no médico”. El término clínico es disforia de género. No describe una condición médica o fisiológica real, sino más bien una identidad psicológica, social e incluso ideológica. La APA define la disforia de género como el “distrés psicológico que resulta de una incongruencia entre el propio sexo biológico y la propia identidad de género” y es este distrés psicológico la que obliga a una persona a atravesar una transición tan difícil.
En segundo lugar, si las mujeres trans son efectivamente mujeres, ¿por qué es necesario decírnoslo? La necesidad de una explicación y la palabra “trans” en sí misma prueban que no son mujeres. Es una cuestión de lógica simple. Una mujer es una mujer. Una mujer trans no lo es, como se advierte por la necesidad del prefijo “trans”. Si una mujer trans fuera en realidad una mujer, los activistas de los géneros como las feministas radicales y otros organismos simplemente declararían “una mujer es una mujer”. Pero lo que ellos están intentando hacer es ampliar y redefinir lo que es una mujer. Deberían ser honestos y admitir que la definición universalmente aceptada de mujer que todas las culturas han utilizado a lo largo de la historia es simplemente inadecuada para su nueva agenda de redefinir lo que significa ser mujer.
En tercer lugar, la manipulación emocional lleva a decir cosas falsas. Existe un porciento bajo de personas que realmente luchan contra la disforia de género. Esas personas, como cualquier otra, merecen compasión y atención. Pero la compasión no es recurrir a la manipulación de las emociones para exigir que todos los demás digan cosas que saben que son objetivamente falsas.
Esto es lo que se exige cuando nos dicen que debemos aceptar que las mujeres trans son mujeres y utilizar determinados pronombres y nombres en todos los casos.
Las personas tienen derecho a elegir su propia identidad y vivirla lo mejor que puedan. Eso se llama autonomía individual. Sin embargo, nadie tiene derecho a exigir que los demás estén de acuerdo con esa identidad. Algunas personas pueden optar por utilizar nuevos pronombres y nombres preferidos en aras de la relación personal, pero nadie debería verse obligado a decir cosas que sabe que no son ciertas, ni siquiera sobre lo que significa ser hombre o mujer. Eso es expresión forzada.
En cuarto lugar, no se puede redefinir el término “mujer” en función de los sentimientos de otra persona. La condición de mujer es algo verdaderamente maravilloso, hermoso y singularmente específico. Es algo objetivo, arraigado en una composición integral del cuerpo y la mente. Decir que cualquier persona puede incluirse en lo que significa ser mujer es una redefinición muy preocupante de algo profundamente significativo y valioso. De hecho, se trata de una eliminación de la feminidad objetiva en sí misma, no sólo para las hijas, madres, hermanas y amigas o esposas, sino también para los hijos, padres, hermanos, amigos y maridos. Ser humano es ser hombre o mujer y cada una de nuestras identidades tiene sus raíces en alguna versión de uno u otro. Redefinir lo que es una mujer en aras de los sentimientos de inclusión de algunos activistas de los géneros es ir demasiado lejos y está en clara contradicción con la realidad. La eliminación de los espacios privados y los deportes de las mujeres han sido algunos de los resultados funestos de esta propaganda. Sabemos que actualmente, en el área deportiva se han desarrollado políticas públicas y reglamentos para impedir que “mujeres trans” (hombres biológicos) compitan con mujeres biológicas. Además de impedir que “mujeres trans” entren a los baños de las mujeres biológicas.
Por último, es mi deseo que en el Dia Internacional de la Mujer invitarlos y a modo de una proclamación de conciencia individual y colectiva que:
- Celebremos a las mujeres como ese ser bien definido y singular que se forma en la concepción y vive como tal a través de su existencia.
- Celebremos a las mujeres como ente activo que da origen a la vida para el desarrollo de la sociedad a través de la familia.
- Celebremos a las mujeres que aportan con su trabajo al enriquecimiento de la comunidad.
- Celebremos a las mujeres que defienden su identidad y posición en la sociedad ante la propaganda de las falsas ideologías.
- Celebremos a las mujeres que luchan por sus derechos de una manera digna y sin violencia.
- Celebremos a las mujeres que reconocen sus virtudes, valores y cualidades sin menospreciar ni querer la superioridad sobre el hombre.

Comment