El apagón nuestro de cada día…


Este pasado fin de semana estuvo salpicado por apagones. El que se vaya la luz se ha convertido en una experiencia casi diaria. En términos de la frecuencia de interrupciones al servicio y la duración de estas mismas, estamos peor que con la antigua Autoridad de Energía Eléctrica.
Brincamos del sartén para caer en el fuego. Tenemos un servicio de energía eléctrica malo y para colmo caro. Lo terrible es que la perspectiva es que se ponga más caro. Todavía no se ha negociado la deuda de la Autoridad de Energía Eléctrica.
Esta deuda es por mucho mayor que los activos de la corporación. Aparte, falta atender el financiamiento del retiro de los empleados de la AEE qué es casi tan grande como el retiro del resto de los empleados de gobierno. Si para pagar estas dos partidas se aumenta el costo de la electricidad se le hará la vida bien difícil a nuestra gente, particularmente a los que viven con un ingreso limitado y también será un obstáculo enorme para el Desarrollo Económico de Puerto Rico.
Estamos en una encrucijada cuyo manejo nos va a afectar significativamente. Lo primero es que la Autoridad de Energía Eléctrica tiene que estarse preparando para la posibilidad de que el contrato con LUMA no se renueve. Esto implica identificar recursos humanos, establecer procesos para asumir el control de la transmisión y la distribución y negociar un proceso de transición con LUMA. ¿Quién está a cargo de esto? ¿Ya el señor Gobernador dió la directriz?
Paralelamente, el gobierno tiene que renegociar el contrato estableciendo unas métricas claras de cumplimiento entre las cuales tiene que estar mantener un costo razonable, y unos métodos de fiscalización efectivos y con “garras” para obligar el cumplimiento. Sobre todo, debe haber total transparencia en el proceso ya que dicha corporación actuaria en representación del gobierno estaría utilizando fondos públicos y manejaría los cerca de diez millones marcados para reconstrucción del sistema eléctrico.
Nos va la vida como pueblo en que esto se maneje adecuadamente. Sin embargo, no creemos que este asunto sea razón para proponer la caída de este gobierno. Esto pondría en el poder a quién sabe quién y empeoraría el caos y la ingobernabilidad. El mecanismo para esto es el proceso legislativo y las elecciones. La verdadera expresión del pueblo se debe ver en el 2024.
Mientras tanto debemos levantar nuestra voz de alerta y de protesta pacífica. A su vez debemos identificar estrategias a corto plazo como lo es el Proyecto del Senado 728 que busca estabilizar económicamente a la AEE y al servicio eléctrico.
Lo que no puede pasar es que seamos indiferentes y pasivos. Actuemos con respeto y claridad de propósito.
Por: Cesar Vázquez Muñiz, fundador y presidente Proyecto Dignidad

Comment