El comunismo llegó a Puerto Rico bajo el PNP


En las pasadas semanas hemos visto como Puerto Rico ha caído en un una dictadura sanitaria y parece que un gran número de puertorriqueños no se han dado cuenta. La orden ejecutiva del gobernador Pedro Pierluisi que entró en vigor el pasado 23 de agosto, prácticamente restringe la libertad de movimiento de los ciudadanos, viola su intimidad y convierte a los pequeños y medianos comerciantes en rehenes del gobierno los cuales bajo amenaza del Estado, se convierten en los verdugos del gobierno al ser los que violan directamente esas libertades individuales. La pandemia del COVID-19 ha servido para sacar el lado oscuro y autoritario del más mínimo de los líderes políticos del mundo quienes en nombre de nuestra “salud” han pisoteado las Constituciones y las leyes como han querido. Pierluisi en Puerto Rico no ha sido la excepción.
Tenemos un gobierno que para obligar a la ciudadanía a ponerse una vacuna, ha recurrido a todo acto inmoral posible. ¿La razón para esto? En una sola palabra se responde esta pregunta: billete. La Administración Biden le otorgó al gobierno de Pierluisi $153 millones en fondos federales para el proceso de vacunación y Pierluisi quiere que la mayor cantidad de personas se vacunen para utilizar al máximo ese dinero el cual como siempre se distribuye para los amigos del alma. Para lograr su objetivo recurre a medidas autoritarias y dictatoriales y al que no se someta a su voluntad, lo amenaza con multas y hasta con cárcel.
Un buen amigo mío cubano escribió en sus redes hace poco que cuando él vivía en Cuba, el régimen comunista a través del periódico oficial del Estado, el periódico Granma), publicaba fotos de disidente “contrarrevolucionarios” e incitaba a la población a delatar a sus vecinos y todo aquel que no le besara los pies a los Castro y su dictadura. Fidel Castro se encargó de dividir al pueblo cubano y ponerlos a pelear unos con otros mientras él observaba tranquilo fumando sus Cohíba. Aquí en Puerto Rico está ocurriendo lo mismo con esto de los vacunados y los no vacunados. En su orden ejecutiva, Pierluisi le dice al ciudadano que “no coopere o fuerce a alguien a incumplir” con la orden, estará sujeto a multas o la cárcel. Y luego tenemos a los medios tradicionales como El Nuevo Día instando a la población a delatar a aquellos que no cumplan. Es la misma táctica de los comunistas cubanos.
Ahora estamos viviendo en un Puerto Rico dónde los ciudadanos tienen que “mostrar sus papeles” para tener acceso a servicios esenciales, dónde se insta al ciudadano a delatar a otros ciudadanos que no se sometan a la voluntad del Estado y dónde el Estado penaliza al que no se someta a la voluntad del gobernante. Un Puerto Rico dónde el que no están de acuerdo es censurado al nivel que amenazan a los medios de comunicación que le den foro a los disidentes. Como les dije, el comunismo llegó a Puerto Rico y de la mano de un gobernante del Partido Nuevo Progresista, la gran ironía.
