El dilema de Ron DeSantis con la Presidencia


Con el ciclo electoral de medio término del 2022 ya finalizado y con los últimos informes de recaudación de fondos para este años ya sometidos, hemos entrado ya en el ciclo presidencial del 2024 y ya hay aires de guerra civil en el Partido Republicano sobre quien será el candidato del partido a la presidencia. Por lo menos ya hay un candidato confirmado, obviamente el que ya todo el mundo esperaba que es el ex-presidente Donald Trump quien el pasado 15 de noviembre, tan solo una semana después de las elecciones de medio término hacía oficial su candidatura presidencial para el 2024.
Como era de esperarse, Trump es el favorito de la base republicana y quien ha dominado las encuestas pero hay otra persona que le está respirando en la nuca y quien también es uno de los políticos favoritos de los seguidores de Trump, y es el gobernador de la Florida Ron DeSantis.
Hay un concepto erróneo entre muchos partidarios de Trump, que pretenden estar con Dios y con el diablo al mismo tiempo sin querer entender que esto es política y en la política cada cual piensa en sí mismo, inclyendo a Trump. Estas personas quieren ver a Trump con la nominación en el 2024, pero tampoco quieren ver el final de la carrera de la estrella en ascenso del Partido Republicano, el gobernador Ron DeSantis. Y entonces hablan como si todavía no fuera el momento de DeSantis. Ellos alegan que DeSantis debería dejarle el camino libre a Trump en el 2024 y que espere su turno hasta el 2028. Esto para nada es conveniente si lo miramos desde la perspectiva del gobernador de la Florida.
Para ser perfectamente claros, si DeSantis espera hasta el 2028, él estará fuera de la gobernación de Florida gracias a los límites de término que establece la Constitución del estado y sin perspectivas laborales en ningún papel político relevante. Una opción inferior a postularse como gobernador en funciones (desde la perspectiva de la carrera presidencial) sería postularse como senador. Pero DeSantis no tendrá la opción de buscar un escaño abierto en el Senado de los Estados Unidos para seguir siendo relevante, ya que no hay elecciones al Senado en la Florida hasta las elecciones de medio término del 2026 y para colmo el escaño está ocupado por el republicano Rick Scott por lo que DeSantis no tiene camino libre ya que tendría que retarlo en primarias y eso para nada es conveniente. Obviamente, tampoco volverá a postularse para su antiguo escaño en la Cámara. Entonces, ¿qué puede hacer él? Por cierto, ¿qué pasa con los ex-gobernadores republicanos que se postulan para la presidencia después de años fuera de un cargo relevante? Pregúntele a Tim Pawlenty, Jeb Bush o Jim Gilmore si está interesado en saber la respuesta. (Por cierto, ninguno de esos tipos ganó cuando se postularon para presidente).
Incluso peor que la pérdida de relevancia de DeSantis será la pérdida de relevancia de lo que ha hecho como gobernador. Es posible que los temas que han hecho que la gobernación de DeSantis sea memorable y exitosa ni siquiera estén sobre la mesa en cinco años. Sus batallas contra la izquierda cultural serán cosa del pasado, una mera nota a pie de página en la historia política. También lo hará su valiente decisión de mantener abierto su estado durante la pandemia, así como todos las demás hazañas que la gente pueda encontrar atractivas, por ejemplo, para preservar los Everglades y terminar con los favores especiales para la Walt Disney Company.
En este momento, DeSantis se encuentra a sí mismo más popular y querido que Trump en muchos sectores de la base republicana, e incluso liderando a Trump en algunas encuestas cara a cara, aunque queda muy por debajo de Trump si el campo republicano se vuelve más concurrido con más candidatos lo que muy probablemente ocurrirá. E igualmente importante, DeSantis lidera a Joe Biden en las encuestas cara a cara. Los demócratas casi parecen estar atrapados con Biden, quien ya es profundamente impopular y probablemente seguirá siéndolo en el 2024 pero en el 2028, es posible que los demócratas tengan a alguien con muchas más probabilidades de ganar una elección presidencial con Biden ya fuera de la ecuación.
Entonces, en resumen, es posible que las condiciones nunca vuelvan a ser tan favorables para una candidatura de DeSantis. De hecho, es muy probable que nunca vuelvan a ser tan favorables. El tiempo es clave en este juego y lamentablemente para DeSantis, el tiempo no está a su favor gracias a que no puede postularse para un tercer cuatrienio como gobernador en el 2026.
Mientras tanto, Trump está en el juego y por supuesto no tiene derecho a la nominación, si la quiere, tiene que ganarla, algo que no es complicado para él dado su gran apoyo en la base pero ya en las elecciones generales es otra historia. El gran reto de Trump será lograr atraer el voto independiente con su estilo polarizante. Lo logró en el 2016 pero los tiempos cambian por lo que en política todo es posible. Y dejando a un lado todos los demás méritos de los candidatos, los electores republicanos sopesarán los méritos de trabajar tan duro para elegir a alguien que pueda cumplir un mandato como máximo. Pero sin duda alguna una de las preguntas que muchos electores republicanos se harán será: ¿No sería mejor elegir a alguien que pueda durante ocho años nombrar jueces conservadores y hacer retroceder las locuras de la Administración Biden? En el 2024, este argumento favorece a DeSantis ya que Trump de regresar a la Casa Blanca solo podría estar un cuatrienio, pero ya en el 2028, no le dará ninguna ventaja especial sobre sus principales rivales que vaya a tener en ese momento. En fin, dicho todo esto, en base a este corto análisis si DeSantis quiere convertirse en presidente algún día, tendría que postularse en el 2024 ya que esa guagua solo hace una parada.

Tu análisis parece ser muy razonable, pero olvidas que quien ha mantenido el Partido Republicano vivo y relevante ha sido precisamente el Presidente Trump, le digo Presidente puesto que el inquilino de la Casa Negra es un inservible y oligofrénico otoñal, que se robó las elecciones y ha llevado la nación a la zozobra. Ron De Santis es una criatura de Trump y eso lo sabe todo el mundo. Mientras Trump ha sido perseguido, vituperado, le han fabricado casos a más no poder, se ha mantenido incólume y ha mantenido cohesión dentro la base republicana de la cual se ha beneficiado De Santis. Decir que Trump no merece la nominación o que no tiene derecho a la misma, es estar divorciado de la realidad y faltar a la verdad. Por eso los electores republicanos lo favorecen. Me sorprende que un individuo como tú que sabe lo que implica ser perseguido y vejado, se exprese en esos términos. Eso es similar a que algún insensato se atreva a decir que lo que tú y los demás que han estado en la trinchera de lucha en contra de la dictadura sanitaria y todas las injusticias que este gobierno ha cometido, no han hecho nada relevante. Es decir, que la gesta patriótica que ustedes han realizado es una mera adscripción retórica irrelevante. Se te ve la costura que eres simpatizante de Ron De Santis, eso está bien y se respeta. Sin embargo, tratar de endilgarle subrepticiamente tu criterio a los demás, no es digno de un intelectual de su nivel. Por último, aunque De Santis es un buen candidato y me agrada para una futura candidatura presidencial, sospechosamente es respaldado por los medios globalistas y los RINOS. Sabemos que la táctica de esta gente es dividir y conquistar. No obstante, no dejar de ser preocupante que quiénes lo respaldan abiertamente y hasta lo promueven sobre Trump son los consabidos enemigos de la nación. Algo sabrán ellos que desconocemos. Esos bandidos saben que con Trump no pueden jugar, ni meterle las cabras. Por eso antes de ir en tropel a respaldar a De Santis hay que dejarlo marinar un rato. Posiblemente en el futuro tendremos las respuestas.