Es hora para un cambio en Puerto Rico


Hoy, estando solo a unos días de las elecciones todo parece indicar que Juan Dalmau será el próximo gobernador de Puerto Rico. Esto, a pesar de que el PIP obtuvo el 2.1% de los votos a la gobernación en el 2016. Si piensas que ese porciento es bajo porque la candidata a la gobernación en el 2016 fue María de Lourdes, entonces entiéndase que en el 2012 Juan Dalmau fue el candidato a la gobernación por el PIP y obtuvo solo el 2.5% de todos los votos en esa ocasión. Todo parece indicar que esto no es un fenómeno de un candidato carismático. Entonces si no es el candidato, ¿a qué se debe un crecimiento tan repentino? Y, ¿cómo llegamos al punto de posiblemente tener un gobernador socialista? Se debe a que el Partido Nuevo Progresista y el Partido Popular crearon la tormenta perfecta para asegurarlo.
El 27 de agosto de 2023 ocurrió algo histórico en Puerto Rico. Dos partidos, Movimiento Victoria Ciudadana y el Partido Independentista, anunciaron de forma oficial que iban a unir esfuerzos y presentar una alianza entre sus respectivos partidos. Entre los acuerdos que lograron, uno de ellos fue votar todos por la figura de Juan Dalmau para gobernador de Puerto Rico. Pero si esto fuera un evento aislado probablemente este suceso no hubiera rendido resultados. Hay mucho detalle, pero los sucesos más relevantes fueron los siguientes:
- La pérdida de la sección 936 comenzando el siglo 21 provocando un éxodo masivo de fábricas de PR hacia países como China y Vietnam y la falta de un plan alterno para la economía de Puerto Rico de parte de los dos partidos principales.
- La declaración del congreso en el 2011 dejando claro que el ELA no era un estatus permanente viable satisfactorio bajo el marco constitucional de los EEUU y luego la confirmación de esto en el 2016 por el Tribunal Supremo Federal a través del caso Puerto Rico vs. Sánchez Valle.
- La acogida al Título III de la ley Promesa para restructurar sobre $70 billones en deudas de bonos de Puerto Rico en el 2017.
- La entrada de la Junta de Control Fiscal junto con la ley Promesa.
- El chat de Ricardo Rosselló luego de haber pasado el Huracán más fuerte de la historia moderna por Puerto Rico.
- Protestas y renuncia de parte del Gobernador Ricardo Rosselló.
- La destrucción de la red eléctrica y la subsiguiente quiebra de la AEE que nos deja sin energía mediante relevos de carga por los últimos 6 años corridos.
- La salida de más de 470,000 personas en busca de oportunidades a EEUU en los últimos 6 años.
- Más de 30 funcionarios del gobierno identificados bajo el PPD y el PNP convictos por corrupción en los últimos 5 años incluyendo figuras de gran envergadura incluyendo a Wanda Vázquez la misma que reemplazó a Ricardo Rosselló luego de su renuncia en desgracia.
- Reportes que demuestran la contratación de gran cantidad de empleados de confianza en puestos no vitales con sueldos mayores a los del gobernador.
He dejado afuera unos cuantos sucesos, pero creo que con esta lista queda claro que especialmente los últimos 6 años en Puerto Rico han sido muy duros para la mayoría de los puertorriqueños. Para colmo los partidos tradicionales solo demostraron que no estaban listos para los retos por delante con buena administración, no tuvieron dominio de principios de economía básica, no tenían un plan para reemplazar los fondos que dejaban las fábricas 936, quebraron al país tomando préstamos a través de bonos creando deuda extra constitucional, mal administraron la autoridad de energía eléctrica creando una crisis energética sin precedentes en el país, crearon legislación tan absurda que dificulta la creación de negocios nuevos. Todo esto mientras llevaban a juicio ola tras ola de funcionarios públicos por corrupción. Mientras tanto teníamos que soportar ver a nuestros familiares irse a EEUU a buscar mejores oportunidades económicas y a la misma vez ver cómo los precios de las casas se dispararan tanto que es casi imposible conseguir una casa a un precio decente.
Los jóvenes que vieron y vivieron todo esto fueron persuadidos de que nada de esto hubiera pasado de haber otra administración. Vieron la estadidad ganar en múltiples plebiscitos y no vieron la estadidad venir a la misma vez que vieron al gobierno federal decir que tenían control absoluto sobre las decisiones de la Isla mientras la Junta de Control Fiscal decidía sobre lo que la Isla podía o no podía hacer con sus finanzas. A la misma vez vieron a personajes de la izquierda decir disparates sobre el capitalismo y el mercado libre a tal grado que algunos piensan que es un sistema opresor que le ha hecho daño a Puerto Rico. Estaban buscando una alternativa y en el 2016 surgió una de las primeras alternativas, Alexandra Lúgaro y cuando Lúgaro sacó más de 100,000 votos en su primer intento, esto le abrió los ojos al Partido Independentista quienes nunca han tenido ese tipo de éxito a pesar de ser uno de los partidos más antiguos de Puerto Rico. A alguien en el partido se le ocurrió la gran idea de mercadear el Partido Independentista de la misma forma y el experimento fue tan exitoso que terminaron fusionando a los dos partidos que tienen ideologías altamente similares creando así una alianza. El éxito de su unión ha sido a tal grado que han logrado que gente de importancia del partido Popular democrático los alabe y hasta algunos a endosarlos.
Luego de leer todo esto, ¿piensas que los jóvenes tienen razones por las cuales pensar que en Puerto Rico hace falta una revolución? Esto es por lo que la vieja confiable de: “Puerto Rico se va a convertir en un país comunista”, no ha funcionado. Estos jóvenes y algunos mayores también no pueden imaginarse un escenario peor del que ya han vivido con el dúo del PNP/PPD, y por eso piden un cambio. Sin embargo, un cambio no siempre mejora las cosas. Uno de los problemas que más ha aquejado a Puerto Rico ha sido la corrupción, la misma ha causado una pérdida de sobre $7 billones en fondos públicos. La izquierda ha usado esta narrativa de corrupción y los problemas del país como su arma principal en contra de los partidos tradicionales. Pero hay datos que nos demuestran que es mucho más probable que nuestros mayores problemas tienen que ver con una administración que se ha enfocado por décadas en administrar la Isla desde un enfoque de socialdemocracia.
En Puerto Rico desde Muñoz el enfoque ha sido gobierno grande que le suple las necesidades a los pobres. Puedo entenderlo porque en ese tiempo Puerto Rico estaba desprovisto de servicios esenciales básicos, no había tan siquiera buenas carreteras y la pobreza en Puerto Rico era fuerte. Pero luego de la industrialización que trajo la sección 936 en Puerto Rico había una verdadera oportunidad para que los partidos pasaran a un modelo que dejara la dependencia gubernamental a un lado y se enfocara en la creación de riqueza del puertorriqueño común. Pero el sistema de gobierno grande tenía demasiadas ventajas para los partidos tradicionales. Un gobierno grande significaba que podían prometer trabajo a cambio de proselitismo a favor del partido, podían darles contratos a sus “amigos del alma” que en cambio pueden hacer donaciones al partido y así ayudarlos a perpetuarse en el poder. A la hora de votar un gobierno grande te otorga una fuerza votante de personas que corren el peligro de perder sus empleos y le pueden solicitar a sus familiares implorando: “dale el voto a fulano para que no me boten del trabajo”. Todas estas ventajas crean incentivos perversos para no buscar eficiencia o mejorar las cosas para los ciudadanos. ¿Por qué hacerlo si puedes depender de la maquinaria que has creado para ganar elecciones?
Pero no se queda allí, el problema de gobierno grande es tan fuerte que esto llevó al gobierno a no desarrollar sus propias industrias nativas y luego cuando se terminaron de ir las fábricas que sostuvieron nuestra economía por tantos años, no teníamos forma de costear la enorme burocracia que habíamos creado. ¿Cuál fue la solución? Tomar prestado a través de bonos. Esto es el equivalente a usar una tarjeta de crédito cada vez que no tienes dinero para pagar tus deudas, lo cual te pone a un paso de la quiebra. Luego de años de más regulaciones sobre las empresas privadas, algunas tan ridículas como cobrar por el tamaño del letrero de los negocios y cobrar CRIM por tener inventario para venta a final de año, el gobierno se vio en la de admitir que no podía cumplir con sus obligaciones de bonos y que tendría que acogerse a la ley Promesa y aceptar una Junta de Control Fiscal. Pero era peor que eso, durante todo ese tiempo nuestros políticos se encargaron de pagarse sueldos cada vez más lujosos mientras que los sistemas de pensiones poco a poco se quedaron sin dinero y la infraestructura crítica de la isla se fue deteriorando. Muy pocos sabían que las cosas estaban así de malas hasta que llegó el huracán María para hacernos un “reality check”. El Chat de Ricky Rosselló en un tiempo de abundancia y de buena infraestructura no hubiese resultado en las marchas masivas y la eventual renuncia de Rosselló Nevares en el 2019. Pero ya la Boricuas no estaban dispuestos a aguantar más. El PNP aun así ganó las siguientes elecciones. Esto creó crisis para el PPD y el desespero por un cambio ha creado una burbuja de entusiasmo sobre la candidatura de Dalmau, bajo la premisa que “nunca han gobernado” y no es un partido que ha sido señalado por corrupción. Pero ¿verdaderamente no han gobernado antes?
Es cierto que el PIP nunca ha gobernado antes, pero sí es cierto que muchas de las ideas del PIP siempre han gobernado en Puerto Rico. En las propuestas del PIP y Juan Dalmau predominan las mismas ideas de gobierno grande paternalista que ayudó grandemente a llevar a Puerto Rico a la quiebra y encubrió la corrupción, ya que mientras más grande es un gobierno, mayor posibilidad existe de corrupción. Las propuestas de Dalmau han sido enfáticas, ellos no solo planifican mantener un estado grande, piensan expandirlo, añadiendo hasta 100 oficinas adicionales en el gobierno. Cabe señalar que todo puesto y oficina en el gobierno tiene que ser pago por contribuciones; los fondos federales proveen para algunos puestos, pero no para la mayoría. Si Puerto Rico tiene actualmente las contribuciones personales más altas de cualquier estado, las contribuciones efectivas más altas en todo el mundo para negocios y el IVU más alto de todo los EEUU, ¿de dónde va a salir el dinero para costear esta expansión gubernamental? No sé tú, pero en las ideas de Dalmau yo veo las mismas ideas malas de gobierno grande volviendo a repetirse, pero con mayor fervor. Todo esto sin considerar los efectos sociales de un gobernador que estaría a favor de perspectiva de género, la legalización de la prostitución y la marihuana, más la institución de un caudal de medidas económicas fracasadas como la eliminación de la Ley 20 y 22, control de renta y hasta control sobre los terrenos para impulsar a través de multas la agricultura. Cuando el gobierno quiere obligarte a llevar a cabo una actividad comercial, sabes que se trata de ideas que no han funcionado a nivel comercial y por lo tanto requieren la fuerza del estado para impulsar algo que hace sentido para el bien económico del boricua.
¿Cuál es la alternativa entonces para no seguir votando por los mismos y no votar por una alternativa radical que solo quiere hacer lo mismo con mayor control gubernamental?
El argumento que quiero plantear es que reducir corrupción no es malo, pero no es nuestro peor problema. La quiebra de nuestro gobierno es de unos $70 billones y se le debe unos $50 billones a sistemas de retiro. Si le añadimos que la AEE también tiene una deuda de unos $9 billones, el total de la deuda creada es de $129 billones una cantidad enorme e impagable. Ahora compara eso con lo que nos ha costado la corrupción que ha sido a través de décadas unos $7 billones. Ciertamente una cantidad enorme, pero palidece cuando se compara a los $129 billones de la deuda que creó nuestro gobierno gigante. Más importante aún, acordarnos de los efectos de esta deuda. Una Junta de Control Fiscal, contribuciones de las más altas del mundo y el abandono de infraestructura crítica para la energía del país, solo para mencionar algunos. Por lo tanto, si verdaderamente queremos un cambio tendríamos que votar por alguien que cambiaría la forma de hacer gobierno en Puerto Rico, no sucumbiendo a la tentación de usar al gobierno como máquina para mantener el poder y seguir creando dependencia y deuda. El único candidato que tiene un plan para hacer el gobierno más pequeño y a la vez ha creado un buen programa anticorrupción es Javier Jiménez. Si quieres un cambio, es el único que verdaderamente quiere hacer una revolución de gobierno endeudado e ineficiente a uno que sea el tamaño correcto para servirle al pueblo sin quebrar al pueblo. Puedes hacer un voto sin avalar a los partidos tradicionales y a la vez librarte de la preocupación de los efectos de la ideología de género, la hormonización de menores y la legalización de la prostitución y la marihuana. Ha llegado la hora de votar por un cambio y su nombre es Javier Jiménez.

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