La lucha de las mujeres ante la ideología de género, queer y trans


A mediados de la década de los 60 surgió un movimiento feminista que buscaba la igualdad de los derechos entre los hombres y las mujeres. En principio, este movimiento fue uno loable y de genuinas convicciones. Sin embargo, aquel feminismo de principios nobles se fue alterando, alejándose significativamente de sus fundamentos. Hoy en día el movimiento feminista tiene muchas ramas donde se observan varias categorías que incluye el feminismo de género. En la actualidad existe un fenómeno que ha desembocado en una amenaza para las mujeres en sus diferentes posiciones y roles en la sociedad. Estas amenazas son promovidas por la ideología de género: los queer y los transgéneros. ¿Qué nos dicen estos conceptos dentro de esta ideología? En términos generales, la ideología queer conocida como “teoría” queer se refiere a las personas que se no se identifican por su orientación sexual, ni por su identidad sexual. Asumen el concepto “género” con una variedad de autopercepciones que incluyen ser agénero, intergénero, pansexuales, trans, no binario y muchos otros “géneros”. Para los “queer” la identidad y la orientación sexual, son el resultado de una construcción social estereotipada.
En cambio, en el caso de los trans, los individuos (según expresado por muchos de ellos) auto perciben su cuerpo atrapado dentro de otro cuerpo del sexo contrario al que tienen biológicamente. Estos individuos sufren de lo que se conoce como el trastorno de disforia de género con comorbilidades en ansiedad y depresión requiriendo tratamiento farmacológico y psicoterapéutico. Con toda esta avalancha de combinaciones de cientos de “géneros” se ha observado el impacto negativo que está teniendo en la población y uno de los sectores más perjudicados son las mujeres. Para mencionar un ejemplo tenemos el área del deporte. Los hombres biológicos que se sienten mujeres (“mujeres trans”), han tenido licencia para competir injustamente con mujeres biológicas en las diferentes categorías deportivas.
Por otro lado, vemos como varios países y estados de la nación americana han establecido leyes para proteger el deporte femenino y evitar las competencias con las “mujeres trans”. Sin embargo, tuvimos la lamentable y vergonzosa acción en Puerto Rico donde muchos legisladores ciegos ante la realidad humana le cerraron la puerta a la protección de las mujeres en el deporte femenino frente a las “mujeres trans”, que en el análisis básico son hombres biológicos. Ante un hecho completamente dicotómico, tenemos un cúmulo de legisladores y activistas feministas en nuestra isla, que se dan golpes de pecho para defender a la mujer puertorriqueña. Sin embargo, se destaparon (sea por comisión y omisión) y se quitaron la máscara dejando al descubierto la realidad de sus verdaderas posturas, abandonando a las mujeres en el deporte.
Se han reportado incidentes donde las mujeres biológicas han sido severamente lastimadas en los deportes por las “mujeres trans”. Para el mes de septiembre de 2022 una adolescente del estado de Carolina del Norte sufrió una conmoción cerebral y una lesión cervical al ser golpeada en la cara por un adolescente trans que biológicamente es varón. La joven Payton Macnabb está padeciendo en la actualidad de problemas de visión, parálisis parcial en el lado derecho, dolores de cabeza constantes, así como ansiedad y depresión. Los reclamos de esta joven fueron escuchados y el pasado mes de abril, los legisladores de Carolina del Norte aprobaron la Ley de Equidad en el Deporte Femenino, que prohíbe a los varones biológicos jugar en equipos deportivos femeninos de escuelas y universidades. Por otro lado, tenemos el caso muy sonado de la nadadora Riley Gaines. Esta joven ha sido el centro de polémicas y agresiones desde el año pasado, cuando criticó la participación injusta de la nadadora trans Lia Thomas en las competencias femeninas. Aunque para el mes de marzo del presente año el Consejo Mundial de Atletismo prohibió a las “mujeres trans” participar en deportes femeninos cuando hayan pasado la pubertad masculina, se debe estar alerta debido a que se podría permitir en un futuro los bloqueadores hormonales y los supuestos cambios de sexos a menores previo al periodo de la pubertad.
Ante esta vorágine de situaciones sin sentido y de atentados a la verdadera equidad y protección de las mujeres en el deporte, tenemos que tomar postura en su defensa con argumentos que apunten a la sensatez y no a la manipulación de las emociones:
- Es necesario que las mujeres deportistas, los grupos de interés como sus familiares, organizaciones civiles y atletas masculinos se inserten en la discusión pública y presenten evidencia de las diferencias biológicas entre los hombres y las mujeres en el deporte y como estas diferencias les afectan para tener una competencia justa.
- Los activistas del género argumentan que las “mujeres trans” utilizan tratamientos hormonales para reducir los niveles de testosterona. La realidad es que esto no es un requisito obligatorio para aquellos que se sientan o se identifiquen con un “género” contrario a su sexo biológico. Además, existen diferencias en la estructura corporal de los hombres y las mujeres que van más allá del asunto de la testosterona.
- Uno de los reclamos de los grupos activistas es que se debe legislar para permitir que las “mujeres trans” participen en deportes femeninos según el “género” con el cual se identifican o se sientan. Este argumento tiene la intensión de borrar la realidad biológica de las mujeres sometiéndolas a unas situaciones que repercuten adversamente a su salud física y mental. Sentirse de un sexo contrario al biológico no es equivalente a utilizar al estado para imponer legislación que vaya en detrimento del bienestar de las mujeres.
- Por último, no pasemos por alto lo obvio: ¡Un hombre jamás será una mujer! La ideología de género busca el exterminio de la ciencia en el intento de imponernos la idea de que lo contrario es posible. No lo permitamos.

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