La salud sexual y sus diferentes matices


- Rojo: Aceptar a Jesucristo como Salvador y Señor de su vida. Pedir perdón por nuestros pecados. Entregarle a Dios todo derecho legal sobre el ocultismo, violencia, mentiras, ataduras. Renunciar a todo ídolo, valor o poder que ocupe en mi vida el lugar de Dios. No basta con dejar las conductas sexuales de riesgo o abandonar las relaciones tóxicas. Es necesario lavarse en la Sangre de Jesucristo, porque todos somos pecadores y necesitamos salvación. (Romanos 3: 22-2)
- Violeta: Reconocer que mis conductas de riesgo son pecado. Que tengo secretos que me separan de la comunión con el Espíritu Santo. Algunas veces aceptamos a Jesucristo como salvador, pero no le damos poder cuando seguimos decidiendo qué es lo que está bien y qué es lo que está mal en nuestras vidas. (Colosenses 3:5)
- Azul: Confesar que tengo una lucha emocional que me amarra a una tendencia al pecado y pedir perdón a Dios. Confesar codependencia y contaminación del mundo oculto espiritual. (Santiago 5:16/ 1Corintios 6:9-11/ 1Juan 2:15)
- Amarillo: Romper con la pasividad: Elegir asumir responsabilidad por su recuperación sin culpar a nadie más. Tal vez no fue su culpa estar donde está, pero ahora es su responsabilidad salir del hoyo con la ayuda de Jesucristo y su Espíritu Santo. (2 Corintios 4: 2 / 2 Corintios 10:4-5 / Romanos 12: 1-2 / 1 Corintios 10: 13)
- Dorado: Perdonar. Sacar toda astilla de dolor rencor, resentimiento, defraude, ira, dolor, soledad, abandono y amargura que hay en su corazón para que pueda sanar y cerrar su herida. Entregar a Dios el derecho de hacer justicia.
- Anaranjado: Renunciar al pasado. Ninguno que pone las manos en el arado, puede trabajar una línea recta hacia el frente. Renunciamos a hacer las cosas como las hacíamos años atrás. Renunciamos a las personas que fueron cómplices de nuestra auto destrucción. Nos desvestimos de la vieja persona y asumimos nuestra nueva identidad en Jesucristo como hijos e hijas de Dios.
- Verde: Estar dispuesto a rendir cuentas a un consejero cristiano. Renunciando a lo oculto y vergonzoso, no andando con astucia, sino que, por la manifestación de la verdad, usted se encomienda a una consciencia humana. (Santiago 5:16 / Colosenses 2:14) Aceptamos un mentor, un aliado. Una persona que nos ayude a entender la voluntad de Jesucristo, ora por nosotros y nos acompaña en días difíciles. Una persona que ha superado situaciones similares o que Dios ha capacitado para ministrar en tu necesidad espiritual, social, emocional y relacional. Esta mentoría no sustituye a su Pastor, ni sus visitas médicas al siquiatra, psicólogo y demás profesionales de salud mental.
- Blanco: Orar por liberación. Jesucristo mediante su muerte en la cruz del Calvario, derramó su sangre. Su muerte y resurrección canceló el documento de deuda por nuestros pecados; para nuestra paz, nuestra sanidad, y nuestra reconciliación con Dios. Ahora, en el nombre de Jesucristo, declaramos que podemos ser libre de ataduras, opresiones, tormentos, angustias ¡en el nombre de Jesucristo! ¡Me ato al amor de Dios! (Colosenses 2:14)
- Lila: Desarrollar una red de apoyo de amistades cristianas.
- Marrón: Llevar su diario de auto-confrontación.
- Rosa: Trabajar en su nueva identidad en Cristo.
- Plata: Prepararse para una nueva proyección sexual que refleje su identidad en Cristo.
Oración:
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo quien, por su gran misericordia, mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, me ha llevado a una esperanza viva. Yo sigo a Jesucristo en espíritu y en verdad por lo cual no andaré en tinieblas, sino que tendré la luz de la vida. Jesucristo está en lugares celestiales intercediendo por mí. Cuando yo pase por las aguas, Jesús estará conmigo. Dios me ama. Porque me amó en Cristo, soy ante sus ojos una persona preciosa y de alta estima.
En el nombre de Jesucristo yo olvido las cosas de antaño. Las perdono y no meditaré, ni confesaré esas historias nada más. Cuando el diablo me las traiga a la memoria, confesaré en voz alta: “te perdono en el nombre de Jesucristo”. ¡Dios está haciendo algo nuevo! Ya está sucediendo, ¿no se dan cuenta? Dios está abriendo un camino en el desierto, y ríos en lugares desolados. ¡Quiero tus caminos! ¡Quiero tus ríos sobre mí!

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