La subversión cultural de Bad Bunny


Esta pasada semana, el artista puertorriqueño de “reggaetón” conocido como Bad Bunny lanzó un video corto llamado “Debí Tirar Más Fotos”. En el video estelariza Jacobo Morales como una versión anciana de Bad Bunny retirado en Puerto Rico. La idea detrás del video es demostrar cambios eventuales en el futuro sobre la Isla debido a una supuesta americanización de la cultura y el idioma. En el video se hace una crítica de la desaparición del idioma español en las calles, negocios y la música. La crítica del video es algo pocas veces visto en Puerto Rico, ya que anteriormente en nuestra isla la aceptación por personas que no fueran de la misma raza no era un tema popular.
Unos días después Bad Bunny lanzó su disco más reciente con muchos temas que hacen alusión a la identidad puertorriqueña. Pero el tema que más llamó la atención fue “Lo que le pasó a Hawái”. En esta canción Benito hace comparaciones de Hawái con Puerto Rico donde dice:
“Quieren quitarme el río y también la playa
Quieren el barrio mío y que abuelita se vaya
No, no suelte’ la bandera ni olvide’ el lelolai
Que no quiero que hagan contigo lo que le pasó a Hawái”
El mensaje está bastante claro, los americanos de alguna forma nos están tratando de quitar nuestra tierra y nuestras costumbres. Este mensaje no es nuevo, pero ciertamente ha ido creciendo en popularidad. Hace unos años que la “youtubera” y exreportera Bianca Graulau hizo un video donde tomó la compra de un pequeño edificio en Quebradillas por un americano como un ejemplo de “gentrificación” en Puerto Rico. Luego en un video musical de Bad Bunny se incluyó un segmento donde Graulau hizo un reclamo similar, pero esta vez mencionando específicamente a Logan Paul, uno de los que se han mudado a Puerto Rico para aprovechar los incentivos contributivos de las Leyes 20 y 22 (actualmente bajo la Ley 60). Ese video alcanzó gran fama y Logan Paul sintió que tuvo que contestar reclamando que la compañía de Bad Bunny también recibía incentivos bajo la Ley 60. Pero muchos jóvenes no lo vieron como un problema de hipocresía de parte de Bad Bunny, el pensamiento prevaleciente es que lo ven como un asunto de identidad. Según ellos, Bad Bunny es Boricua y por lo tanto tiene derecho a ese incentivo, pero el que viene desde afuera no aporta con sus contribuciones y afecta los precios de la vivienda. He realizado varios videos en YouTube para informarle al pueblo sobre las posturas que está tomando Bad Bunny. Plasmar toda esa información en un artículo lo haría extremadamente largo. Si le interesa saber los datos que revelan porque es una narrativa que no está fundamentada en hechos, puedes visitar mi página de YouTube y ver uno de los videos que tratan sobre el tema aquí: https://www.youtube.com/@revolucionracional6692
En este artículo lo más que me interesa es hablar sobre el origen de las narrativas de Bad Bunny. Después de todo, Benito es un cantante, no un académico. Afortunadamente, él mismo reveló de donde fueron inspiradas sus ideas. Bad Bunny decidió hacer una serie de “visualizaciones” para cada una de sus canciones como esta:

Para cada canción tiene una visualización distinta con un mensaje distinto. Todas fueron creadas con la ayuda de Jorell Meléndez-Badillo un profesor de la Universidad de UW-Madison quien creció en Puerto Rico, pero reside en Wisconsin. Si visitamos la página de la universidad donde trabaja el profesor, notarás que el lenguaje que se usa para describir su trabajo nos indica un poco más sobre sus puntos de vista políticos:
“Soy historiador de Puerto Rico, el Caribe y América Latina y mi trabajo se centra en la circulación global de ideas radicales desde el punto de vista de las comunidades intelectuales de la clase trabajadora.”
En otra descripción dice que Jorell enfoca su trabajo sobre personas “marginalizadas”, entre ellos trabajadores, anarquistas, mujeres lesbianas y personas “queer” (una palabra que viene directo de la ideología de género que se usa para describir una persona que es de género distinto que hombre y mujer). Como pueden ver, esto no va por buen camino.
Las visualizaciones que usan las canciones de Bad Bunny cuentan algo que ocurrió en la historia. No hay razón para oponerse a la enseñanza de la historia de Puerto Rico. Pero dentro de lo normal cuando aprendes sobre la historia aprendes el cuadro completo, lo bueno, lo neutral y lo malo. Sin embargo, los cuentos de estas “visualizaciones” aparentan estar diseñados para solo reseñar momentos de injusticia y dificultad entre EEUU y Puerto Rico. La mayoría concentrados en la invasión americana al final del siglo 19.
Si unimos estos temas con el tema más político de “Lo que le pasó a Hawái” podemos ver un claro mensaje de resentimiento en contra de “pecados” históricos y resistencia a influencia americana. A eso le sumamos el apoyo fuerte de Bad Bunny a la figura de Juan Dalmau y el Partido Independentista y le añadimos que el profesor Jorell Meléndez también apoya desde la comodidad del estado de Wisconsin al Partido Independentista.
Mucha gente se ha concentrado en el éxito que ha tenido Bad Bunny y como esto se ha traducido a una exportación de cultura puertorriqueña a nivel mundial. Benito ha logrado éxito a nivel mundial aún en países que no son de habla hispana, algo nunca visto anteriormente. Recientemente anunció que estaría haciendo una “residencia” en Puerto Rico, queriendo decir que tiene planificado hacer todos sus conciertos en Puerto Rico y los que lo quieran ver tendrán que venir a verlo. Un concepto muy parecido a Celine Dion y Britney Spears cantando de forma exclusiva en Las Vegas. Este concepto debe de ayudar al turismo local ya que las personas con los recursos económicos que desean ver un concierto de Bad Bunny seguramente tendrán que al menos quedarse en un hotel o alquiler a corto plazo, consumir comida preparada localmente y quizás hasta disfrutar de algunos días para hacer turisteo local. Todas estas cosas son positivas para Puerto Rico, eso es innegable.
Sin embargo, no podemos perder de vista, la clara agenda a favor del Partido Independentista, el prejuicio y agenda contra la presencia de americanos en Puerto Rico, la agenda en contra de valores tradicionales puertorriqueños (algunos de los que él mismo hace alarde en sus propias canciones). No veo ningún problema con estar orgullosos de quiénes somos como puertorriqueños, eso siempre es algo positivo. Sin embargo, cuando se mezcla el resentimiento social sobre sucesos pasados que no afectaron directamente la vida de ninguno de nosotros hoy día sin tomar en cuenta todo el panorama histórico y se le añaden narrativas falsas sobre la crisis de vivienda, haciendo comparaciones incoherentes con Hawái (un estado que una vez fue un reino con una monarquía), es muy difícil alegrarse por el éxito de Bad Bunny porque las consecuencias a largo plazo de su éxito no pintan como algo positivo en la psiquis del puertorriqueño joven quien ve a Benito como un especie de prócer contemporáneo.
Uno de los trabajos más arduos que tenemos los conservadores en Puerto Rico es volcar la cultura a nuestro favor. Cuando los conservadores tienen la ventaja cultural ocurren efectos duraderos. Pero cuando no la tenemos es extremadamente difícil recuperarla. Figuras como Bad Bunny nos demuestran que cuando los conservadores no saneamos la cultura lo que nos espera son influencias que nadie podía vaticinar hace 10 años y sus ramificaciones van mucho más allá que canciones con palabras vulgares y sugestivas. Lo peor es que la nueva modalidad de Bad Bunny no es una encomienda que está trabajando desde el aislamiento de su estudio de grabación. Él ha unido las piezas ideológicas y políticas como para crear una verdadera amenaza que no puede ser ignorada. La influencia de Bad Bunny no puede ser ignorada y tampoco puede ser aplaudida, tiene que ser contrarrestada con algo que representa una visión mucho mejor que el resentimiento cultural y xenofobia disfrazados de orgullo nacional.

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