Puerto Rico necesita legisladores conocedores de política nacional


No es ningún misterio que Puerto Rico es un territorio que está completamente federalizado lo cual no debe sorprender a nadie, gracias a nuestra condición territorial donde somos un territorio bajo la Cláusula Territorial de la Constitución de los Estados Unidos. Especialmente, luego del paso del Huracán María en el 2017, Puerto Rico pasó a estar en el mapa nacional donde hasta el presidente de los Estados Unidos comentaba casi a diario sobre Puerto Rico. Irónicamente, el Huracán María provocó que los residentes anglosajones de los Estados Unidos supieran que Puerto Rico es un territorio y que los puertorriqueños somos ciudadanos americanos de nacimiento. Antes del 2017, el 60% de los norteamericanos pensaban que, para visitar Puerto Rico, necesitaban su pasaporte.
La Ley federal PROMESA aprobada por el Congreso de los Estados Unidos en el 2016, extendió los poderes del Congreso sobre Puerto Rico al poner las finanzas del gobierno local bajo la supervisión de una junta cuyos miembros son nombrados por el gobierno federal. La operación de nuestro gobierno es en gran medida subsidiada con fondos federales por lo cual las leyes y regulaciones federales juegan un enorme papel en el funcionamiento de nuestro gobierno y en nuestro orden social.
Hemos tenido por décadas, políticos y funcionarios de gobierno que no conocen ni les interesa la política nacional y eso ha sido un grave error ya que la política nacional juega un papel clave en Puerto Rico.
¿Quién aprueba los fondos federales que llegan a la isla si no es un Congreso compuesto por políticos que son republicanos o demócratas?
La ironía de la vida es que nuestra clase política no sabe hablar ese idioma y algunos que conocen poco, no les interesa por sus ideales. Tenemos políticos conservadores en Puerto Rico que debido a que son independentistas, no les interesa hablar el lenguaje que se habla en Washington y prefieren jugar a la política latinoamericana como si Puerto Rico fuera una de esas repúblicas tercermundistas de Suramérica que llevan décadas tratando de librarse del socialismo. El conocimiento sobre cómo funciona Washington, así como el conocimiento sobre la política partidista nacional y cómo funciona el espectro de izquierdas y derechas en los Estados Unidos, no solo debe ser un requisito para quienes aspiran a la gobernación o la comisaría residente.
Gracias a esto es que los demócratas se han podido despachar con la cuchara grande y hacerle creer al Congreso y a los republicanos que Puerto Rico es un territorio liberal que bajo la estadidad sería un bastión demócrata. La bandera del conservadurismo en Puerto Rico no puede ser llevada por líderes que se niegan a que los puertorriqueños nos identifiquemos como republicanos o demócratas porque eso vaya en contra de sus ideales separatistas. Tampoco dicha bandera puede ser llevada por líderes que se nieguen a que se reemplace la partidocracia criolla y el multipartidismo criollo con la entrada de los partidos nacionales al proceso electoral en Puerto Rico como Dios manda, al igual que en los demás territorios.
La bandera del conservadurismo en Puerto Rico debe ser llevada por líderes republicanos genuinos, republicanos MAGA que atesoran la ciudadanía americana y la Unión Permanente con los Estados Unidos, debe ser llevada por puertorriqueños republicanos que desean un gobierno conservador en todos los aspectos, no solo en algunas cosas. Debe ser llevada por puertorriqueños que piensen como el 55% de los boricuas de la Florida que votaron republicano en las elecciones de medio término del 2022. Eso solo lo puede garantizar un movimiento republicano sólido y próspero.
El juego está cambiando y los conservadores de Puerto Rico son republicanos, solo están esperando que se abran las puertas de su casa la cual ha sido secuestrada por décadas por una pequeña élite, eso va a cambiar. Pronto estaremos en nuestra verdadera casa.

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