Puerto Rico no es ateo, Puerto Rico no es homosexual
Creo que en los últimos años se han levantado muchas voces queriendo dañar quienes somos, pero también creo que somos un pueblo que esta claro de donde venimos y hacia donde vamos. Tengo que comenzar señalando que somos un pueblo cimentado en la Palabra de Dios, y aunque muchos quieran ignorar esto, es parte de nuestra historia.
¡Somos un Pueblo Cristiano! Puerto Rico eligió servir a Jesucristo, decidió creer lo que dice la Biblia. Y esta gran verdad nos acompañará por siempre.
Sin duda, unos pequeños grupos, pero bien ubicados en puestos de autoridad quieren derrumbar esta verdad y hacer de nuestra isla una llena de perversidad y libertinaje reclamando un espacio que ya tienen. Puerto Rico es un país democrático donde se respetan los ideales de cada quien. Puerto Rico es un país donde el homosexual puede tener su vida amorosa sin que nadie se lo prohíba. Puerto Rico es un país que respeta las “creencias” de los ateos.
Puerto Rico no es ateo, Puerto Rico no es homosexual
¿Porque resalto estos dos grupos por encima de cualquier otro? Simple, son ellos los que quieren tomar un puesto que no les corresponde. Son ellos los que quieren imponer sus creencias a un pueblo cristiano y que cree en el matrimonio entre un hombre y una mujer. Son ellos los que quieren pasar por bueno lo que el pueblo en su mayoría dice que no lo es. Cabe resaltar que respetamos sus decisiones y manera de vivir, pero cuando pasan la linea de querer enseñar como buena o aceptables sus conductas es ahí donde tenemos que levantarnos y decir NO.
¿Que debemos hacer como pueblo?
La buena noticia es que ¡Jesús ya venció! Quienes quieren ir en contra de la Palabra de Dios no pelean contra nosotros, pelean contra el Creador.
Nuestra batalla no es contra sangre y carne “Efesios 6:12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”.
Debemos orar por cada una de estas personas, mostrarles amor, pero mantenernos firmes en nuestras posturas. Debemos orar para fluir en la voluntad de Dios. Debemos procurar tomar la posición establecida por Dios y no pretender tomar una posición que no nos corresponde. ¿A que Dios te llamo?
Recuerda, somos la Isla del Cordero…y lo seguiremos siendo.
El Matrimonio es entre un hombre y una mujer
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