Un arte para gloria y hermosura


Y harás vestiduras sagradas para tu hermano Aarón, para gloria y para hermosura.
Éxodo 28:2
El libro de Éxodo nos narra la construcción del Tabernáculo con todos sus muebles, utensilios y las vestiduras sacerdotales, entre otros. En el capítulo 28 encontramos las instrucciones que Dios le da a Moisés con relación a las vestiduras sacerdotales. Moisés no tubo vestiduras especiales, pero cuando Dios separa a Aaron y a sus hijos para el sacerdocio, le dice a Moisés, “Y harás vestiduras sagradas para tu hermano Aarón, para gloria y para hermosura” (verso 2). Y aunque las vestiduras de Aarón como sumo sacerdote serían diferentes a las de sus hijos, hay un elemento en común, estas serían también “para gloria y hermosura” (verso 40).
¿Quiénes harían estas vestiduras? Encontramos la respuesta en el verso 3, “Y hablarás a todos los hábiles artífices, a quienes yo he llenado de espíritu de sabiduría, y ellos harán las vestiduras de Aarón para consagrarlo, a fin de que me sirva como sacerdote”. Para que no quede duda, un artífice es un artista. Otras versiones de la Biblia les llama “sabios de corazón”, porque eran artistas llenos del espíritu de sabiduría. Ese espíritu de sabiduría les capacitaba, entre otras cosas, a crear un trabajo de excelencia. El diseño del vestuario prometía ser hermoso, por ejemplo, el efod sería “de oro, de tela azul, púrpura y escarlata y de lino fino torcido”, y el pectoral tendría cuatro hileras de piedras preciosas, montadas en una base de oro.
La palabra hebrea para gloria es “kabod”. Esta tiene varios significados, entre ellos, honor, abundancia y portadora de la presencia de Dios. Entiendo que a Dios le interesaba que los vestuarios sacerdotales reflejaran el honor que les había sido concedido al ser llamados al sacerdocio. A la vez que, reflejaban la gloria de la presencia de Dios y su majestuosidad. Interesantemente, la palabra hermosura expresa belleza, pero también santidad y divinidad. El Salmo 27:4 nos habla de “la hermosura de Jehová” y el Salmo 110:3 de “la hermosura de la santidad”. Y empezamos a tener una idea del porque Dios le dice a Moisés que las vestiduras serían para “gloria y hermosura”.
Y me pregunto, ¿podría esta frase bíblica ser, a su vez, el propósito principal de las artes? El hecho de que es designado a los artistas que creen un vestuario sacerdotal “para gloria y hermosura” entiendo, que Dios había capacitado a los artistas para que su trabajo reflejara la gloria y la hermosura de Dios. Tanto es así, que, al finalizar la construcción del Tabernáculo, nos dice la Biblia, que la gloria de Jehová llenó el mismo. Creo que la respuesta es un gigantesco sí.
Laboramos hacia un arte que tenga como propósito la gloria y la hermosura del Dios Creador. Un arte que sea portador de la visible manifestación de la presencia de Dios. En Éxodo 16:10 mientras Aaron hablaba a la congregación se apareció la gloria de Jehová en una nube. Y en Éxodo 24:16 nos dice que la gloria de Jehová reposó sobre el Monte Sinaí y la nube lo cubrió por seis días. Es una manifestación que puede verse, ya que el verso 17 nos dice que “la gloria de Jehová era como un fuego abrasador en la cumbre del monte, a los ojos de los hijos de Israel”. Pero, sobre todo, cuando los hábiles artífices, artistas o sabios de corazón terminaron la construcción del Tabernáculo siguiendo las instrucciones específicas que Dios le da a Moisés nos dice Éxodo 40: 34-35, “Entonces la nube cubrió la tienda de reunión y la gloria del Señor llenó el Tabernáculo. Y Moisés no podía entrar en la tienda de reunión porque la nube estaba sobre ella y la gloria del Señor llenaba el Tabernáculo”. ¿Podrá esto pasar hoy en día?
Lo que hemos comenzado a ver en nuestras presentaciones artísticas es solo el comienzo de una visita del Espíritu de Dios al ministerio de las artes. Nos encaminamos hacia un arte que es para gloria y hermosura. Un arte que manifieste la presencia de Dios y la hermosura de Su santidad de forma visible, a la vez que muestra una excelencia artística. La presencia del Espíritu de Dios inundará nuestros espacios artísticos trayendo salvación, reconciliación de los pródigos, sanidades y milagros a ese público que no asiste a una Iglesia, pero de pronto se siente atraído a ir a una presentación artística. Y ese público será sorprendido por el Espíritu de Dios. Y veremos el movimiento sobrenatural de Dios a través de las artes ¿Te apuntas?

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